LA CONQUISTA ESPAÑOLA

Friday, July 29, 2005

LA CONQUISTA ESPAÑOLA

Queridos alumnos del Elbio vamos a comenzar el estudio de la conquista española, aprenderemos sus características principales, nos dedicaremos a estudiar la conquista de México y la conquista del Perú, tocaremos indirectamente la conquista del Río de la Plata.

Después de la empresa de Colón, España se encontró frente a la enorme tarea de conquistar todo un continente nuevo y fascinante, con riquezas y recursos desconocidos en Europa; con culturas y civilizaciones de notable adelanto tecnológico; con millones de habitantes con creencias, costumbres y modos de vida que los europeos no habían visto jamás.
España consiguió transmitir a América toda su cultura (idioma, religión, costumbres, etc), borrando prácticamente los elementos culturales básicos de los pueblos de América. ¿Cómo se dio este proceso? ¿A través de qué mecanismo? ¿Qué roles cumplió el Estado y los conquistadores?

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1.- La empresa de conquistas: en primer lugar el proceso de conquista tuvo como características central justamente eso, el ser una empresa, en el sentido que la preocupación central de quienes la ejecutaron no fue la evangelización o la culturización de los pueblos nativos sino el obtener ganancias (lucro) en dicho proceso.
Esta empresa, además, tuvo otra característica: fue privada. No fue el Estado español quien la ejecutó sino personas privadas; hombres que por su cuenta se embarcaban en los puertos españoles y venían a estas nuevas tierras en busca de fortuna.

2.- El conquistador: los hombres que pasaron a América poseían todos algunas características comunes que nos permiten hablar de un tipo social. Los elementos principales que comparten todos ellos son la procedencia (de qué región de España provenían), el origen social (de qué clase social surgieron) y sus motivaciones.
La gran mayoría de los conquistadores provenían de las regiones del sur de España, especialmente Castilla, Andalucía y Extremadura. Esto fue así por dos razones. En primer lugar porque esas zonas eran las más cercanas a los principales puertos de España desde donde zarpaban los barcos hacia América.

3.- El origen social: la sociedad española del siglo XVI estaba marcada por una fuerte jerarquización social, a tal punto que casi se puede hablar de castas sociales. Los dos grupos sociales principales eran la nobleza y el grupo social bajo al que llamaremos los no nobles.
Dentro de la nobleza había varios grupos, quedando al final de la escala los llamados hidalgos segundones; aquellos que por no ser primogénitos eran afectados por la costumbre del mayorazgo, que entregaba toda la fortuna familiar al hijo mayor. El hidalgo segundos se encontraba así en una incómoda situación, pues era dueño del orgullo de ser nobles, pero no tenía ninguna fortuna. Las posibilidades que le quedaban para sobrevivir con dignidad, como se decía en la época, eran tres: la espada, la cruz o las letras; que significaba que podían ingresar al ejército, optar por la carrera eclesiástica o estudiar y transformarse en letrado.
Por eso dentro del grupo noble éste era el que se encontraba en mejores condiciones de participar en la conquista de América.
El grupo no noble, llamado genéricamente villanos (pues habitaban en villas), estaba también subdividido en grupos internos, aunque esta división no era tan marcada como dentro de la nobleza ya que se refería más bien a diferencias de funciones en el proceso productivo. Estaban los artesanos y pequeños comerciantes, el campesinado –que era la mayoría-, y un conjunto de otros oficios y actividades dispersas. Pero todos, sin excepción, componían la fuerza de trabajo de la sociedad española y eran quienes, con el pago de impuestos o mano de obra barata, ayudaban a sostener todo el sistema social y político de España.
En general, eran un grupo despreciado y vilipendiado por los nobles.
Aquí con un poco de suerte y de carácter, no sólo podían salir de la pobreza, sino incluso cambiar su status social, pues todos querían olvidar su origen innoble y ponerse en la cúspide social simplemente por su valor como conquistadores y haciendo, por supuesto, fortuna. Además, pensaban que los indígenas se les podía someter y transformarlos en la mano de obra barata que ellos eran en España.
Esta es la razón por la cual la mayoría de los conquistadores va a originarse en este grupo de los llamados villanos.

4.- Las motivaciones del conquistador: las motivaciones que los conquistadores tuvieron para pasar a América están indisolublemente ligadas a la sed de fortuna y de ascenso social. Ellas se resumen, entonces, en:
La búsqueda de riqueza fácil: el conquistador no venía aquí pensando en trabajar sino en encontrar como Cortés en México o Pizarro en Perú, una rica ciudad cubierta de oro. El oro era el sueño obsesivo de todo conquistador. De allí el surgimiento de la leyenda de El Dorado, una ciudad fantasma toda de oro, que algunos españoles buscaron hasta morir.
Es bastante significativo que la conquista fuese muy rápida en las regiones ricas y muy lenta en zonas pobre como Chile.
Diego de Almagro llegó a Chile engañado por los incas que le hablaron de un país abundante en oro; al no encontrarlo dio la vuelta al Perú que seguía brindado posibilidades de riqueza fácil. A su vez, Valdivia tuvo dificultades en la conquista y sólo hubo interés en participar al descubrirse los lavaderos de Marga Marga y Quilacoya. La mantención de la conquista al sur del Biobío fue posible sólo por la abundante mano de obra y las faenas auríferas en los lavaderos de oro (oro extraído de la arena de los lechos de ríos).
La búsqueda fácil en algunos lugares no fue en torno al metal amarillo sino que cualquier tipo de bienes de gran valor como perlas, esmeraldas y piedras preciosas en general.

Aspiraciones señoriales: fuesen hidalgos o villanos todos los conquistadores soñaban con llevar una vida señorial de acuerdo al modelo impuesto por la nobleza en España.
Todos querían olvidar su pasado u origen social, especialmente los villanos. Aquí en América cada uno trató de ascender socialmente, incluso levantándose una ascendencia noble con documentos falsos.
Para ascender socialmente los mecanismo principales fueron la riqueza fácil, en primer lugar, y la fama y el prestigio, en segundo lugar.
La riqueza era considerada por los conquistadores como un requisito indisoluble ligado a la honra y la nobleza. En este sentido aparece también la tierra como fuente de fortuna, sobre todo porque la nobleza española era eminentemente terrateniente. Muchos conquistadores ambicionaban una buena merced de tierra y encomienda para asimilarse al modelo noble.

Fama y prestigio: los grandes conquistadores de América se destacaron por sobre el resto por mérito propio. Valdivia dio clara demostración de esto al venir a Chile, dejando las riquezas que había obtenido por servicios prestados a Pizarro. Él lo expresó muy bien cuando al escribir al rey Carlos V aseguró que su deseo era "dejar fama de mí". El ideal en esta lucha por el ascenso social era obtener un título de nobleza o un título como el de adelantado, otorgado por el rey. El simple derecho de usar el título de don antes del nombre elevaba al individuo a una condición social de nobleza. el español de origen villano aspiraba a que se le reconociese por lo menos su condición de hidalguía, esto es de origen noble.

Afán de aventura: el espíritu renacentista que llamaba al hombre a confiar en sus capacidades y además a conocer el mundo temporal, estuvo muy presente en la empresa conquistadora. El hombre español estuvo dispuesto a arriesgar su vida y a veces sus posesiones personales para venir a intentar un negocio incierto pero que tenía el atractivo de lo aventurero y donde él pondría a prueba sus capacidades como hombre.

El servicio del rey y la evangelización: el conquistador revistió su empresa de conquista cuyo objetivo fundamental era hacer fortuna personal, con algunos elementos que la hacían aparecer como una actividad más noble. Estos elementos fueron el servicio del rey y la evangelización.
El servicio al rey se explica por la devoción que existía hacia la persona del monarca, símbolo de la España unificada y posteriormente de la España dueña del mayor imperio del mundo en su época, el siglo XVI. La España poderosa se expandía en Europa y entonces América era una etapa más del desarrollo de la metrópoli en su dominio del mundo.
El conquistador jamás olvidó esto, porque además servir bien al rey significaba la posibilidad de recompensa por parte de éste. De ahí el empeño de Pedro de Valdivia por comunicar al rey todo lo que estaba haciendo en Chile, que no eran otra cosa según Valdivia que para "el acrecentamiento del patrimonio y rentas reales de Vuestra Majestad".
Así también se explica su afán por aumentar la belleza y el valor de las tierras que estaba conquistando, como también los peligros y penurias sufridas en la empresa, como una forma de elevar sus hazañas a los ojos del rey.
La relación al espíritu religioso y la evangelización arranca desde la época de la reconquista española a lo largo del siglo XVI cuando los reyes católicos terminaron por expulsar a los moros del sur del España. Según esta imagen de triunfo, los conquistadores españoles continuarían ahora en América esta cruzada contra los paganos indígenas americanos. Por eso los españoles resultaron implacables y violentos en la destrucción de las creencias religiosas de los pueblos prehispánicos.
Sin embargo, la imposición del cristianismo fue una tarea que preocupó fundamentalmente a la Corona y a la Iglesia Católica, que envió gran cantidad de misioneros a América. Al recibir los reyes de España las concesiones territoriales de América por parte del papado, recibió también el encargo de convertir al cristianismo a los habitantes de las tierras que se iban a conquistar. Por ello el rey exigió la inclusión de un sacerdote en cada expedición de conquista.
Los conquistadores por su parte, tenían permanentemente a Dios y los Evangelios a flor de boca, pero sus actos distaron mucho de ser ajustados a los preceptos religiosos que decían promover. La gran mayoría dio un trato cruel a los indios que debían evangelizar, de ahí también que la iglesia ante los abusos y maltratos se transformó en la gran defensora de los indios en América.

LA CONQUISTA COMO EVANGELIZACION

No se puede volver a los ojos a los orígenes de América sin tropezar con el pergamino de las Bulas Pontificias promulgadas por Alejandro VI, ,por las que aquel Papa donaba las tierras descubiertas y por descubrir, al tiempo que las demarcaba con precisión. Es que tras la noticia del Descubrimiento, los Reyes Católicos se habían dirigido al Papa con el objeto de plantearle sus dudas morales acerca de sus derechos para ejercer soberanía sobre las tierras recién descubiertas. En carta al Papa le habían solicitado la concesión de dicha soberanía dándole un motivo esencial que el Papa haría suyo como razón principal de dicha donación, a saber, la tarea de la evanelizaci6n de las tierras descubiertas y por descubrir.

En la "Inter Caetera", del 4 de mayo de 1493, señala el Papa que los dos caracteres propios de la gran empresa son: ante todo, la continuidad natural con la cruzada de la Reconquista española concluida con la toma de Granada y de la cual Colón había sido testigo; además el carácter misional que asume la persona del Almirante. Respecto de lo primero, dice el Papa "no dudo en concederos... aquello con lo cual podáis, con ánimo cada día más fervoroso, proseguir tal propósito... para honra del mismo Dios y extensión del imperio Cristiano". Respecto del Descubridor, "destinareis al caro hijo Cristóbal Colón varón por todos conceptos merecedor y el más recomendable y apto para tamaña empresa (para que) buscara cuidadosamente, por el mar donde hasta ahora no se había navegado, tierras firmes e islas remotas y desconocidas. Como se ve, tanto el espíritu de la reconquista de España para Cristo como la misionalidad de Colón, conllevan el mandato de la evangelización, a la que los Reyes Católicos están obligados Precisamente en cuanto católicos; por eso les dice que "tratéis de proseguir y asumir, en todo y por todo, semejante empresa, con ánimo impulsado por la fe ortodoxa, como a que queráis y debáis conducir a los pueblos que habitan tales islas y tierras a recibir la religión cristiana". Así comprobamos que en aquel "ir hacía", donde comienza el des cubrimiento Progresivo, se unen el impulso de la Reconquista, la extensión del imperio cristiano y la obligatoriedad de la evangelización.

Los Reyes Católicos se habían comprometido a la evangelización de los indios. Pero tenían plena conciencia de los obstáculos. Por eso, ocho años después de las instrucciones a Colón, y cuando éste ya habla sido despojado de todo poder de gobierno, las instrucciones al Gobernador Ovando (1501) recogen las experiencias, algunas muy amargas, y tratan de controlar el comportamiento de los españoles. Dada la necesidad de supervivencia, reconocen y permiten el trabajo obligatorio de los indios, pagando el salario justo; pero, ante todo, reafirma que " Nos deseamos que los indios se conviertan a nuestra santa fe católica y sus ánimas se salven, porque este es el mayor bien que les podemos desear, para lo Cual es menester que sean informados en las cosas de nuestra fe, para que vengan a conocimiento de ella; tendréis mucho cuidado de procurar, sin les hacer fuerza alguna, cómo los religiosos que allá están los informen y amonesten para ello con mucho amor, de manera que lo más presto que se pueda se conviertan ... "

(Tal fue la respuesta del Papa a las dudas morales que los Reyes Católicos le habían planteado acerca de sus derechos) El problema moral de "los justos títulos" siguió acuciando la delicada conciencia de los soberanos. El único título que los Reyes invocan una y otra vez ante el Papa, y el único que este acepta, es , el declarado propósito evangelizador. Para quien desconoce las bases religiosas sobre las que descansaba la conciencia social del medievo, perdurante en España, la actitud de los Reyes resulta desconcertante, si no increíble.
Por supuesto que hubo también Intenciones políticas, tanto en Fernando al pedir las Bulas, como en el Papa al concederlas, pero no se puede negar que Fernando puso lo mejor de su voluntad para cumplir el mandato evangelizado de la Conquista, y Alejandro VI, a pesar de lo turbio de su personalidad, se apasiono sinceramente por la conquista espiritual del Nuevo Mundo.

Colón por su parte, fue consciente del sentido religioso de su empresa. En carta a los Reyes les dice: "La sancta Trinidad movió a Vuestras Altezas a esta empresa de las Indias y por su infinita bondad hizo a mí mensajero de ellos". Se sabia "Cristóforo", "el que lleva a Cristo". Desde el 12 de octubre siente Colón su descubrimiento como una ampliación del Occidente cristiano. Por eso a las tierras que descubre, dice, " la primera que yo falle puse nombre Sant Salvador"; y a la segunda "puse Santa María de Concepción". Estaba convencido de que "toda la cristiandad debe tomar alegría" ya que tantos pueblos rueden ser incorporados " a nuestra sancta fe".

Los Reyes Católicos ,fueron fieles a su designio. "Nuestra principal intención - dejó dicho Isabel en su testamento - fue, al tiempo que le suplicamos al ,Papa Alejandro VI, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión, de procurar inducir y traer los pueblos de ellas, y los convertir a nuestra Santa Fe Católica, y enviar a las dichas Islas y tierras firmes, prelados y religiosos, clérigos y otras personas devotas y temerosas de Dios, para instruir los vecinos y moradores de ellas a la Fe Católica y los adoctrinar y enseñar buenas costumbres...". La Reina cierra ese magnífico documento con una súplica a sus sucesores "que así lo hagan y cumplan, y sea este su principal fin". No resulta, pues, extraño, que en las primeras instrucciones dadas a Colón, antes de su segundo viaje, se lea: "Sus altezas, deseando que nuestra Santa Fe Católica sea aumentada y acrecentada, me dan y encargan al Almirante Cristóbal Colón que por todas las vías y maneras que pudiere procure e trabaje a trae a los moradores de las dichas islas y tierra firme a que se conviertan a nuestra Santa Fe Católica, y para ayuda a ello Sus Altezas envían allí el devoto padre Fray Buil juntamente con otros religioso que dicho Almirante consigo ha de llevar..." Podemos así afirmar que fue el afán de conversión el que inspiró Principalmente a la España idealista y heroica a la conquista de América, entrando en la empresa el misticismo como elemento histórico fundacional. Los Reyes que así hablaban se encuentran, para gloria nuestra, en las primeras páginas de la historia de América, suplicando a sus sucesores que cumplieran su intento como "principal fin" de la Conquista y población de nuestras tierras.

Es cierto que en América encontraron cierto eco desde el comienzo, como "semillas del Verbo" (Logos spermatikós). Cada cultura se mueve hacia Dios, en cierta manera. Y así hubo en algunos indígenas cierto conocimiento de Dios y de verdades naturales que Podrían conducirlos a la salvación, esbozos de la idea de un Dios uno, de la sobrevivencia allende la muerte, Semillas de verdad. Pero al mismo tiempo, grandes obstáculos como la idolatría, el politeísmo, la magia, etc. Es preciso liberarlos de esos obstáculos mediante la evangelización. Los habitantes del Nuevo Mundo debían ser "nuevas criaturas", exorcizadas y bautizadas.

Pues bien, como ordenó Fernando en 1511: "Mandamos, y cuanto podemos encargamos a los de nuestro Consejo de Indias, que pospuesto todo otro respeto de aprovechamiento, e interese nuestro, tengan por principal cuidado las cosas de la Conversión y Doctrina ... ". El principal cuidado del descubrimiento, la exploración y la conquista, que deja en segundo plano otros fines perfectamente lícitos ,siempre que no se transformen en absolutamente primeros y estén subordinados al fin principal, constituyó como el humus del cual surgieron dos tipos humanos en cierto modo irrepetibles: el conquistador y el misionero. Entre los primeros Hernán Cortes, y Pizarro, don Pedro de Mendoza en Argentina, que recibió instrucciones de Carlos V en 1534 de llevar consigo a religiosos, y de que no haya de ejecutar acción alguna de trascendencia sin la previa aprobación de los mismos. Así se pasó del logos sparmatikós (semillas del verbo) al logos pantós (la plenitud católica de la verdad)

Como resulta obvio, el propósito esencial de la Conquista no se hubiera
alcanzado sin una verdadera compenetración de los dos poderes, el temporal y el espiritual, simbiosis que no conoce mejor ejemplo en la historia. "El militar español en América - escribe Ramiro de Maeztu - tenía conciencia de que su función
esencial e importante, era primera solamente en el orden del tiempo, pero que la acción fundamental era la del misionero que catequizaba a los indios. De otra parte, el misionero sabía que el soldado y el virrey y el oidor y el alto funcionario, no perseguían otros fines que los que el mismo buscaba".

Esto diferencia sustancialmente la evangelización de América de otras evangelizaciones. Francisco Javier, por ejemplo, misionero sin duda eximio, predicó incansablemente en la India, campanilla en mano, enseñando la doctrina y los mandamientos en los idiomas indígenas, trabajosamente aprendidos. Pero a su labor misionera le faltó el apoyo de un Gobierno como el español, el apoyo del poder temporal. Resulta una constante histórica que solo en aquellas regiones donde la evangelización se realizó con la colaboración de los dos poderes, o mejor, del poder temporal y de la autoridad espiritual, sólo allí hubo cristiandades, es decir, pueblos cristianos, como en Filipinas, única nación del Oriente plenamente evangelizada. En su magnífica obra "Política Indiana", su autor, Solórzano Pereira, comienza la parte que dedica a las cosas eclesiásticas y al Patronato con esta tajante afirmación: "La conservación y el aumento de la fe es el fundamento de la monarquía. El espectáculo de una Corona al servicio de una misión tan elevada, no dejó de entusiasmar al erudito escritor: "Si, según sentencia de Aristóteles solo al hablar o descubrir algún arte, ya liberal o mecánica, o alguna piedra, planta y otra cosa, que puede ser de uso y servicio a los hombres, les debe granjear alabanza, ¿,de qué gloria no serán dignos los que han descubierto un mundo en que se hallan y encierran tan innumerables grandezas? Y no es menos, estimable el beneficio de este mismo descubrimiento habido respecto al propio mundo nuevo sino antes de mucho mayores ,pues además de la luz de la fe que dimos a sus habitantes, de que luego diré, les hemos puesto en vida sociable y política, desterrando su barbarismo, trocando en humana,- sus costumbre.- ferinas y comunicándoles tantas cosas tan provechosas y necesarias como se les han llevado de nuestro orbe, Y enseñándolos la verdadera cultura de la tierra, edificar casas, juntarse en pueblos, leer escribir y otras muchas artes de que entes totalmente estaban ajenos".

La España de la conquista fue un pueblo en misión. Toda España fue evangelizadora en el siglo XVI, lo mismo los reyes que los prelados y soldados, todos los Españoles del siglo XVI parecen misioneros.*



5.- El rol del Estado español: si la conquista fue hecha por los conquistadores ¿qué rol correspondió al Estado español?
Contrariamente a lo que se pudiera pensar, el rey nunca perdió el dominio del proceso.
En primer lugar, sólo él podía autorizar la conquista de un territorio. Esto generalmente se hacía a través de un contrato entre el rey un particular (el conquistador) llamado capitulación, por estar dividido en capítulos. En este documento aparte de ser autorizada la conquista, el rey otorgaba títulos y cargos a los capitanes de conquista, nombre que recibía el particular que firmaba la capitulación, y además les otorgaba el derecho de repartir premios entre sus principales colaboradores. El rey traspasaba al capitán de conquista sus derechos sobre el territorio y las personas que originalmente lo habitaban (léase los indios). Por eso el capitán de conquista podía repartir tierra (mercedes de tierras) e indígenas (encomiendas). Además, se concedían solares y chacras.
Por otra parte, la corona se reservó el derecho de reglamentar el proceso a través de una profusa legislación. Todos los aspectos del proceso de conquista fueron debidamente expresados conforme a las leyes. Desde los requisitos de organizar una empresa de conquista hasta cómo tomar posesión del territorio, cómo fundar una ciudad, el trato que se debía dar a los indígenas, etc.
El tercer papel que cumplió la corona sólo apareció una vez que los conquistadores cumplieron su función de someter un determinado territorio. Entonces, el Estado español comenzó a tomar las riendas del proceso asumiendo el gobierno y la administración de las colonias. Esto se hizo a través de una serie de organismos y funcionarios a la cabeza de los cuales estuvo el llamado Real y Supremo Consejo de Indias.

6.- Tipos de empresa y los centros de dispersión de la conquistas: ¿cómo se organizaba una empresa de conquista? Los españoles recién llegados a América se reunían en algunas de las ciudades donde se organizaban y desde donde partían las expediciones.
Aunque en la práctica todas las primeras ciudades fundadas por los españoles cumplieron esa función, los principales centros de dispersión de conquista fueron Santo Domingo, Cuba, Panamá, México y Perú.
Los tipos de empresa de conquista pueden ser divididos en grandes y pequeños. Los segundos estaban compuestos por un capitán de conquista y su hueste (el grupo de españoles e indios que formaban el grupo de conquista). Cada uno de los participantes se asociaba con los otros y debía hacer un aporte ya fuera en dinero o especies (armas, caballos, alimentos o indios). De acuerdo a ese aporte serían las ganancias que se obtendrían al momento de la repartición.
Generalmente quien hacía el mayor aporte sería el jefe o capitán de conquista de la empresa. Otras veces ese cargo lo ejercía quien sabía hacia dónde ir o dónde se podía encontrar riqueza fácil.
Las pequeñas empresas más comunes fueron la de rescate, que consistía simplemente en intercambiar con los indígenas baratijas por oro (rescatar significaba intercambiar), y la de cabalgada, en cambio consistía en penetrar en el territorio de los indígenas bajo la excusa que éstos no habían querido someterse pacíficamente al dominio español y capturarlos para venderlos como esclavos.
Estos dos tipos de empresa se hicieron en los inicios de la conquista de América en las regiones del Caribe y Centroamérica.
Pero la empresa más importante fue la de conquista. Este tipo de agrupación sólo se dio ocasionalmente. En ella se reunía dos o más capitanes de conquista sumando así sus respectivas hueste y fortunas. Esto se hacía cuando el objetivo a lograr era de grandes proporciones, de tal manera que un solo líder no sería capaz de alcanzarlo.
Un ejemplo típico de gran empresa de conquista fue la del Perú, donde confluyeron los grandes capitanes Pizarro y Almagro, más el aporte de De Luque, para reunir una gran hueste e incluso comprar barcos para la expedición.
La organización de una empresa de conquista seguía todo un trámite ante el rey que se puede apreciar en los esquemas adjuntos a este apunte.
Para ascender socialmente los mecanismos principales fueron en primer lugar la Riqueza y luego la Fama y el Prestigio Personal.
La riqueza era considerada por los conquistadores como un requisito indisolublemente ligado a la honra y a la nobleza. En este sentido aparece también la Tierra como una fuente de fortuna, sobre todo porque la nobleza española era eminentemente terrateniente. Muchos conquistadores ambicionaban una merced de tierra y encomienda para imitar el modelo aristocrático español.

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CONQUISTA ESPAÑOLA DE AMÉRICA

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Hernán Cortés

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pintura de Hernán Cortés por Diego Rivera, gran muralista mexicano

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En la primera mitad del siglo XVI se desarrolló una nueva etapa en el proceso de penetración española en América: la Conquista de las tierras continentales.

Esta fase significó un cambio en las concepciones coloniales de la Corona española, que vio la posibilidad de extender su poderío territorial sobre la “tierra de nadie” que representaba América.

El proceso de incorporación de los nuevos territorios a la Corona española suponía la instauración de un nuevo tipo de conquista. Un sistema distinto al basado en el intercambio comercial y enfocado a la directa explotación de la mano de obra nativa para labores mineras y agrícolas, y al saqueo de las riquezas de los imperios indígenas.

La Conquista, cuyos puntos de partida fueron las islas de Juana (Cuba) y La Española (República Dominicana), se desarrolló con una rapidez extraordinaria. En 1521, Hernán Cortés logra conquistar el imperio azteca. En 1531, Francisco Pizarro comienza la conquista del imperio inca. Esta ayudó a Diego de Almagro, socio de Pizarro, a iniciar una expedición que lograría descubrir en 1536 lo que se conocería como Chile.


EL PROCESO CONQUISTADOR DE MÉXICO



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En febrero de 1519 salió de La Habana una empresa de rescate con destino a las remotas tierras del Yucatán. Se trataba de la tercera expedición enviada desde Cuba por su ambicioso gobernador Diego de Velázquez, quien pretendía obtener oro de las regiones aún escasamente exploradas. Al mando del grupo de españoles iba un joven capitán de Extremadura y hombre de confianza del gobernador: se llamaba Hernán Cortés. Desde el mismo momento en que arribaron a la región donde se ubican actualmente los puertos de San Juan de Ulúa y Veracruz, Cortés demostró excepcionales dotes de mando y habilidades para captar la compleja realidad del mundo indígena en México. Asimismo, resolvió inmediatamente romper con Velázquez y proceder en adelante en nombre propio y de su hueste. Ello se materializó en el hundimiento de sus barcos, acto que simbolizaba que no habría vuelta atrás.

Una de las figuras más polémicas de la conquista española es la mujer conocida como La Malinche o Doña Marina (ca. 1500-1527), quien ejemplifica la importancia de los intérpretes en el curso de la historia. De familia noble, La Malinche fue esclavizada, se convirtió en intérprete y en la persona de confianza del explorador español Hernán Cortés, a quien dio un hijo. Algunos la ven como la traidora de los aztecas, mientras que otros la consideran el chivo expiatorio del fracaso de Moctezuma, quien no fue capaz de defender su reino.

Marina nació en una familia noble en la provincia de Paynalla en Coatzacoalcos, en la región de Veracruz al sur de México. Cuando su padre murió, su madre se volvió a casar y dio a luz a un varón. Aunque Marina era la primogénita y heredera legítima, su madre y su padrastro favorecieron al nuevo bebé. Y para que el nuevo vástago fuera heredero único, su madre la regaló o la vendió como esclava y la declaró muerta.

Antes de convertirse en propiedad del cacique de Tabasco, Marina viajó en cautiverio desde su región natal de habla náhuatl a las regiones de habla maya en Yucatán, donde aprendió dicha lengua. Durante esta época, Hernán Cortés había llegado desde Cuba a la costa de Tabasco con su intérprete, Jerónimo de Aguilar, quien había aprendido el maya después de naufragar, ser esclavizado por los mayas de Yucatán y posteriormente rescatado por los españoles.

Habiendo tomado la decisión de buscar favores de los españoles en lugar de pelear con ellos, los mayas les ofrecieron alimento, vestido, oro y esclavos, incluso a 20 mujeres. Aguilar, quien también se había ordenado como sacerdote, además de servir como intérprete ayudó en la conversión de los mayas. Las mujeres, Marina entre ellas, fueron bautizadas en marzo de 1519. Se desconoce la edad que tenía cuando la bautizaron.

Cortés obsequió las mujeres bautizadas a sus militares y Marina estuvo destinada primero a Alonso Hernández de Puertocarrero; luego regresó un mes después a donde Cortés. Casi de inmediato empezó a trabajar con Aguilar como intérprete. Cuando Cortés llegó a las regiones de habla náhuatl, hacia el occidente por la costa del golfo, ella interpretaba entre el náhuatl y el maya para Aguilar, quien sabía interpretar entre el maya y el español.

Marina rápidamente amplió sus conocimientos lingüísticos al aprender español o castellano. Se ganó la confianza de Cortés, se convirtió en su secretaria y después en su querida, y hasta llegó a darle un hijo. A Cortés se le ofrecían a menudo otras mujeres, pero él siempre las rechazaba, demostrando así su respeto y cariño por Marina. En una carta escribió, "Después de Dios, le debemos la conquista de la Nueva España a Doña Marina".

Los historiadores no consideran a Marina la responsable del éxito de la conquista española. El apetito de los españoles por el oro, la epidemia de la viruela y, por supuesto, su superioridad militar fueron factores primordiales. Sin embargo, sus habilidades para servir de intérprete jugaron un papel enorme. Se tiene certeza de que ella facilitó la comunicación entre Cortés y varios de los líderes indígenas de la antigua América, entre quienes fueron claves los tlaxcaltecas, pues estaban a la búsqueda de aliados en contra de los aztecas debido a sus brutales exigencias de sacrificio humano y tributo.

Sin duda, el punto culminante de su carrera como intérprete fue el encuentro inicial, cara a cara, entre Cortés y Moctezuma, pero asimismo participó directamente en numerosos intercambios entre los españoles y la gran cantidad de personas que encontraron y trataron. Se dice que ella favorecía activamente las negociaciones en lugar del derramamiento de sangre.

Aunque algunos la consideran una traidora, muchas chicanas consideran a La Malinche una preponderante figura histórica, cuya denigración y difamación de carácter tiene paralelos con su situación actual. Ella fue repudiada por su gente y no debía lealtad a los otros poderes mesoamericanos. Y aprovechó sus facultades lingüísticas para asegurar su propia posición social. Pero hay evidencia certera de que, una vez que se alineó con la causa española, fue totalmente leal a Cortés, a pesar de las múltiples oportunidades que tuvo para traicionarlo, a medida que la intrincada historia de la conquista se desenvolvía.

El autor mexicano Gómez de Orozco afirma que La Malinche "fue una parte instrumental de la estrategia [española], al interpretar en tres idiomas y al ofrecer información esencial sobre la organización económica, el conocimiento de las costumbres nativas, el orden y la sucesión de los reinos, las formas de tributo, las reglas que regían las relaciones familiares, etcétera".

El sueño de la Malinche
de Antonio Ruiz, 1939
Después de la conquista, Cortés, quien ya tenía una esposa en España, demostró su respeto por Marina al concertarle un matrimonio con Don Juan Jaramillo, un teniente de Castilla. Aunque Marina fue apenas una de las mujeres indígenas que tuvo hijos de padres españoles, es la más destacada, y el hijo que tuvo con Cortés, Don Martín Cortés, fue el primer mestizo de relevancia histórica y alguien que eventualmente tuvo un cargo en el gobierno. Fue el Comendador de la Orden de San Jago. En 1548, fue acusado de conspirar en contra del virrey y posteriormente ejecutado. Marina también tuvo una hija de su esposo, Don Juan Jaramillo, llamada Doña María. Como la madre de un hijo y una hija de dos razas, con la misma sangre mestiza que corre por las venas de la mayoría de los mexicanos, a Doña Marina se le puede reconocer legítimamente como la madre de la nación mexicana.

¿Qué hay detrás de un nombre?

La mujer llamada "la lengua de Cortés" o su intérprete, al nacer fue llamada Malinalli (el nombre en náhuatl para uno de los 20 días del mes mexicatl, así como para un tipo de hierba que sirve para elaborar cuerdas). También se le llamaba Malinalli Tenépal. La palabra náhuatl tenépal significa "persona que tiene facilidad de palabra, que habla mucho y con animación".
A la hora de bautizarla, un cura español le dio el nombre de Marina. Bernal Díaz, quien fuera testigo e hiciera una crónica de esta época en La conquista de la Nueva España, se refiere a ella como Doña Marina. El homónimo del nombre español, Malina, se convirtió en Malintzin (el sufijo náhuatl "-tzin" denota respeto). Cortés era conocido como Malintzin-é, porque los indígenas no podían pronunciar bien la r española, de manera que Cortés y Malintzin eran conocidos por casi el mismo nombre. Luego, al tratar de pronunciar este nombre náhuatl, los españoles cambiaron el sonido suave de tzin-é a la ch española y el resultado fue Malinche.

Díaz del Castillo coincide en que, debido a su asociación cercana con Marina, a Cortés también lo llamaban Malinche, lo cual, de acuerdo a Díaz, se traduce como "El capitán de Marina". En el libro Conquest of Mexico, Prescott también afirma que Cortés era llamado Malinche, pero lo traduce como "capitán" y dice que La Malinche quiere decir "La mujer del capitán".

En la actualidad, los mexicanos de habla hispana usan la palabra "malinchista" para referirse a "alguien que prefiere las cosas extranjeras" y, para muchos, la palabra Malinche es sinónimo de "traidor".

La hueste encabezada por Cortés estaba conformada por unos 600 hombres que se dirigieron hacia el interior, atraídos por la capital totonaca, llamada Cempoala. Allí fueron bien recibidos por el denominado "cacique gordo", quien les brindó alojamiento y comida y proporcionó noticias acerca del pujante imperio azteca con su bullante capital Tenochtitlán. De mucha ayuda resultó también una mujer, la Malinche o doña Marina, que Cortés había recibido de parte de algunos amistosos indígenas de la zona costera. Transformada en su amante, Malinche sirvió a Cortés como intérprete y consejera política en su calidad de conocedora de la mentalidad indígena mesoamericana. De esa manera, los españoles contaron desde un comienzo con valiosa información sobre las relaciones políticas que imperaban entre los diversos pueblos que habitaban la meseta del Valle de México y estaban sometidos a los tributos aztecas.

Cortés luchando contra los aztecas

En la mente de Cortés cobró fuerza una idea: avanzar a la capital azteca y apoderarse de sus riquezas. Con ese fin, se dirigió primero al enclave independiente de Tlaxcala y luego de derrotar la resistencia logró la alianza estratégica con estos y otros enemigos de los aztecas. A partir de entonces, el poderío español se vio incrementado por los indios amigos, quienes resultaron decisivos a lo largo del proceso de conquista en México. Tras un accidentado camino, donde se registraron también sangrientas matanzas como la de Cholula, los españoles contemplaron boquiabiertos la impresionante vista de Tenochtitlán. Era el 8 de noviembre de 1519.

Si bien los hispanos fueron muy bien recibidos por el huey tlatoani azteca Moctezuma II, quien pensó que se trataba de seres de otra naturaleza o teúles, la convivencia pacífica no duró mucho tiempo. Una feroz matanza perpetrada por los españoles en el Templo Mayor azteca, seguida de la llamada "Noche Triste", culminó en la huida de Cortés y sus hombres de Tenochtitlán en julio de 1520.

Desde entonces, Cortés inició una etapa de preparación militar para conquistar definitivamente la capital azteca, etapa que se extendió por casi un año. Desde el estado amigo de Tlaxcala los peninsulares prepararon la ofensiva, construyendo trece bergantines que fueron trasladados por piezas hasta Texcoco a orillas del lago, donde se les colocó las piezas de artillería. Además se adiestró a guerreros tlaxcaltecas en los métodos de lucha españoles y se reforzó la hueste con contingentes provenientes de Cuba.

El ataque sobre Tenochtitlán se inició con la destrucción de los poblados cercanos y prosiguió con el sitio de la ciudad que duró 75 días. Las enfermedades, la falta de agua (pues los españoles habían cortado el principal acueducto), de comidas, el hacinamiento y la lucha continua vencieron la resistencia azteca encabezada por Cuauhtémoc. El 13 de agosto de 1521, el imperio azteca quedó sometido a Cortés.

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EJERCICIO DE LA CONQUISTA DE MÉXICO

Moctezuma era el líder de los aztecas a la llegada de los españoles. Al llegar Hernán Cortés, Moctezuma salió a su encuentro y le ofreció albergue y repuso.

¿Cómo recibió Moctezuma a Hernán Cortés y los españoles?
¿Batalló Moctezuma contra ellos?
¿Cómo respondieron los españoles?
¿Cómo describieron los españoles su impresión sobre Tenochtitlán?
¿A qué se le llama la Noche Triste? ¿Por qué tuvo lugar? ¿Qué ocurrió tras ello?

Moctezuma no fue el último tlacatecuhtli o líder azteca en Tenochtitlán.

¿Cómo murió Moctezuma?

La primera batalla naval de América ocurrió a 300 kilómetros del mar y a más de 2200 metros de altura en el sitio y conquista de Tenochtitlán por los españoles. Hernán Cortés mandó a construir 13 barcos y finalmente atacó Tenochtitlán por mar y por tierra durante unos 75 días con una fuerza combinada de españoles y decenas de miles de indios de los pueblos que había conquistado o que se le habían aliado y eran enemigos de los aztecas.

¿Cuáles fueron las principales ventajas de Hernán Cortés en la conquista de Tenochtitlán?
¿Quiénes apoyaron a los españoles en la lucha contra los aztecas?

La captura de Cuauhtémoc, siguiente y último tlacatecuhtli marcó la caída de Tenochtitlán el 13 de agosto de 1521.

¿Significó la caída de Tenochtitlán la conquista de México y el dominio total de los españoles sobre su territorio?

¿Quién fue La Malinche o Doña Marina?




LA CONQUISTA DEL PERÚ


Fundación de Lima por Francisco Pizarro

La conquista del Perú es uno de los eventos de mayor importancia en la historia del Perú así como también uno de los más sobresalientes eventos de la Historia del Nuevo Mundo, debido a las consecuencias que fueron derivadas de ésta.
Tales hechos memorables comienzan cuando los españoles, comandados por Francisco Pizarro (cuyo número no pasaba de 200), habían invadido los territorios del Tahuantinsuyo por el norte (Tumbes), viniendo de Panamá, se trasladaron a la ciudad de Cajamarca. Esta ciudad es tomada militarmente el 16 de noviembre de 1532, después de tomar prisionero a Atahualpa, último emperador del famoso Imperio de los Incas. Después, todos los territorios del Antiguo Perú serían conquistados e incorporados a los dominios de España.

Factores que impulsaron la invasión y conquista del Perú

Factor Económico.
Con el objeto de explotar sus numerosas riquezas principalmente consistentes en oro y plata, metales preciosos.

Factor Político.
La ambición de España de encumbrarse a la categoría de primera nación de Europa. Este país ibérico culminaba su anhelado ideal de tomar parte en la conquista y colonización de los territorios más ricos del Nuevo Mundo, lugar también de dos de los más famosos imperios precolombinos de América: el de México (Azteca) y el del Perú (Inca), los cuales decaen, uno después del otro, como resultado de la presión de los invasores peninsulares.

Factor Militar y Científico.
Uno de los factores decisivos es que los peninsulares contaban con armas y un conocimiento bélico avanzado. Un arma científica, que seguramente fue el apoyo más valorado por los conquistadores fue la Brújula, por su orientación en los pasajes marinos de exploración en las inmensidades de los territorios americanos.

Factor Religioso.
Desde el inicio de los grandes Descubrimientos Geográficos, el extraordinario interés de la iglesia por la difusión del Cristianismo es notable. Este ideal se aclaró gracias al trabajo de España, nación eminentemente católica, y, principalmente, debido al trabajo sacrificado de sus misioneros, muchos de los cuales alcanzaron la celebridad como mártires en esa labor brillante pero sacrificada, y también como valientes defensores de la población nativa frente a los crecientes abusos cotidianos.

La pregunta frecuente es cómo 150 o 180 españoles pudieron conquistar tan fácilmente el imperio inca, que tenía entre 12 a 16 millones de habitantes. La conquista no fue consecuencia de su poder físico o sabiduría privilegiada, sino simplemente porque cuando llegaron a estas tierras los incas se encontraban en una sangrienta guerra civil.

En aquel entonces el monarca legítimo era Tupac Kusi Wallpaq, a quien se le conoció como Huáscar. Tenía un hermano llamado Atahuallpa, o Atahualpa, quien lideró una revolución y venciendo a Huáscar en combate, tomó el poder. En este marco histórico fue que los españoles entraron a la ciudad de Cajamarca, en noviembre de 1532, y capturaron a Atahualpa que descansaba luego de haber vencido a Huáscar.

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El 15 de noviembre de 1532, ciento veinte españoles, armados con caballos y cañones, lograron poner fin al Tahuantinsuyo. Ese día el inca Atahualpa cayó en una emboscada en la plaza de Cajamarca y fue apresado por los españoles.

Desde su cautiverio el Inca Atahualpa mandó ejecutar a su hermano, al que mantenía prisionero. En cuanto se enteraron los españoles de estos acontecimientos lo acusaron de fraticidio, imponiéndole la pena de muerte. El semidios fue vejado ante la multitud, al tiempo que la sagrada mascapaicha rodaba por los suelos.

Cuando murió, entre el 8 de junio y el 29 de julio de 1533, la cohesión política del Tahuantinsuyo ya se había destruido.

Luego de la ejecución los españoles retornaron hacia el Cusco, capital del imperio, ciudad en donde pensaron serían bienvenidos por haber hecho justicia con la muerte de Atahualpa, que había asesinado a Huáscar, el Inca reconocido como tal en el Cusco. Así, no sólo les fue reconocida su acción de justicia, sino que fueron considerados como dioses, por ser tan diferentes. Tenían la piel blanca, portaban armas de fuego, poseían raros animales, los caballos, llegando a creer incluso que animal y hombre eran un único ser capaz de dividirse en dos.

Entre los quechuas se afianzó la creencia que eran divinidades porque existía un antiguo mito que refería que los dioses Incas habrían de llegar por nave al territorio del Tahuantinsuyo, bajo forma humana y por el agua, es decir, navegando: exactamente cómo los españoles hicieron. Debido a tales razones, fueron aceptados y bienvenidos en la capital. Sus habitantes les hicieron conocer lo que ellos tenían, sus palacios, templos, pueblos y ciudades, a excepción de Machu Picchu.

LA REBELION DE MANCO INCA

Manco Inca es uno de los personajes más admirados de la historia del Cusco. Su astucia y su valentía lo hicieron inolvidable. Irrumpió sorpresivamente al encuentro de Pizarro y le propuso una alianza, con el fin de recuperar el prestigio y la autoridad perdidos por la derrota de Huáscar ante Atahualpa. Al poco tiempo comprendió que no contaba con ningún poder, pues ante la ausencia de Francisco Pizarro, el Cusco había pasado a ser gobernado por su hermano Hernando. Entonces su actitud cambió y por sus actos rebeldes fue tomado prisionero. Pese a ello, logró tender una trampa a los conquistadores, prometiendo traerles una estatua de oro macizo de tamaño natural si lo dejaban libre. Así logró huir y desde Vilcabamba organizó una resistencia que duró cerca de cuarenta años.

En 1536, Manco Inca o Manco II inició la guerra contra los invasores españoles, según nuestra historia, pero, después de 8 meses de sangrientas batallas fue derrotado por los españoles y sus tribus aliadas (los antiguos dominados de del Incas). La retirada era inevitable, por lo que Manco disolvió la totalidad de su ejército, para que los guerreros pudieran retornar a sus familias y dedicar su tiempo a la agricultura.

La guerra sangrienta entre Incas y españoles continuaba. Manco fue asesinado en 1545 por Diego de Almagro (compañero de Pizarro y la conquista

Manco fracasó en su intención de formar el espíritu de resistencia al invasor en su hijo Sayri Tupaq, que fue persuadido por su entorno político del Cusco (fiel a la corona española) para aceptar la autoridad real. Viajó a Lima y tuvo una reunión con el Virrey, quien le concedió algunos privilegios y le entregó tierras en los distritos actuales de Yucay, Urubamba, Maras y Chinchero. Aparentemente satisfecho, construyó su palacio de adobe en Yucay, muriendo en 1560, quizás envenenado por los quechuas que aún resistían al invasor.

Después de la muerte de Sayri Tupaq, su hermano Titu Kusi Yupanki asumió el poder. El nuevo Inca, que también ocupó Vilcabamba, admitió los comités políticos y religiosos del Cusco y Lima, a fin de conseguir un acuerdo con el Virrey. En 1568, se bautizó cristianamente, pero al poco tiempo murió debido a una enfermedad.

Su hermano, Tupaq Amaru, a pesar de su juventud, era de espíritu guerrero y heredó la Borla, es decir, se convirtió en el siguiente inca.
Los conquistadores vieron en él a un enemigo potencial, por lo que el virrey ordenó la captura del Inca enviando un ejército de casi 300 soldados, al mando de Martín Hurtado de Arbieto y el capitán Martín García Oñaz de Loyola. Sin embargo, cuando llegaron a Vilcabamba, el Inca y su familia habían huído a las profundidades del bosque.

Finalmente el último Monarca quechua fue capturado y llevado al Cusco junto con sus seguidores por el mismo García Oñaz de Loyola, quien luego se casaría con Beatriz Coya, la sobrina de Tupaq Amaru y heredera del Marquesado de Oropesa. Después de un juicio rápido se le sentenció a muerte, siendo decapitado en la Plaza de la gran ciudad ante la fría mirada del Virrey Toledo, el 24 de septiembre de 1572. Sus restos se guardaron en la Iglesia de Santo Domingo. Así, después de 36 años de guerra para recuperar la nación quechua, murió el último hombre de la dinastía Inca.


RESUMEN DE LA CONQUISTA DEL PERÚ
El proceso de conquista


Retrato de Francisco Pizarro

Las primeras noticias sobre la existencia del fabuloso reino del Pirú, llegaron a oídas de los españoles asentados en Castilla de Oro desde comienzos del siglo XVI. Las autoridades de dicha gobernación Pedrarias Dávila y Pedro de los Ríos enviaron expediciones de reconocimiento al Pacífico sur a partir de la década de 1520. Entre todas ellas, sobresalieron las que realizó una sociedad compuesta por dos veteranos soldados: Diego de Almagro y Francisco Pizarro. En su tercer viaje a la América del Sur Pizarro desembarcó cerca de la localidad de Tumbez (1532), que formaba parte del Tahuantinsuyo inca.

En Tumbez, Pizarro no encontró las facilidades que había tenido Cortés en México; no hubo regalos ni emisarios ni espontáneas muestras de amistad, pero sí halló un camino que conducía hacia la sierra. Los españoles siguieron avanzando hasta enterarse de la cercana presencia del Sapa Inca Atahualpa en los baños de Cajamarca. Un total de 168 hombres penetraron en el poblado de Cajamarca en noviembre de 1532, donde se produciría el primer encuentro entre Atahualpa y Pizarro.

A la sazón, Atahualpa se encontraba en esta región descansando de las duras campañas que había sostenido contra su hermanastro Huáscar por la sucesión al máximo cargo del Tahuantinsuyo. Victorioso, Atahualpa era agasajado por el señor de Chincha, pero sus generales estaban en distintas regiones del imperio imponiendo el nuevo orden. La presencia de una avanzada de españoles, al mando de Hernando de Soto, lo sorprendió en estas circunstancias y accedió a concurrir a una entrevista con Pizarro en la plaza de Cajamarca.

La entrevista era un ardid tramado por Pizarro para apresar al Inca. En efecto, cuando Atahualpa llegó a la plaza al frente de su ejército desarmado y con la intención de negociar con Pizarro de acuerdo con la lógica bélica inca, fue atacado por sorpresa por la hueste oculta en los alrededores. Así se produjo el denominado desbande de Cajamarca que culminó en la prisión del Inca y su posterior ejecución. Este hecho desconcertó por completo a la clase dirigente del Tahuantinsuyo, cuya capacidad de respuesta fue mínima. Los peninsulares, en cambio, reforzados con un contingente arribado al mando de Almagro, tomaron raudamente el camino al Cuzco.

El avance fue rápido y en noviembre de 1533 la hueste hispana se encontró a las puertas de la capital del Tahuantinsuyo, Cuzco. La derrota y muerte de Atahualpa y el rencor de los cuzqueños hacia el Inca ejecutado permitieron que los españoles ingresaran a la ciudad sin oposición. Incluso, fueron recibidos por Manco II, quien se convirtió en Sapa Inca con el beneplácito de los recién llegados. La débil resistencia al mando del general Quisquis no pudo impedir el ascenso de Manco II ni la consolidación de la presencia española en la región.

Pronto, Manco Inca II se dio cuenta que sólo era utilizado por los invasores para controlar a la población indígena. Ello, sumado a problemas personales con los hermanos Pizarro quienes en el fondo no respetaban su alta jerarquía, contribuyó a un cambio de actitud. Secretamente Manco inició los preparativos para salir del Cuzco e iniciar un levantamiento contra los españoles. A comienzos de 1536 estalló el alzamiento,, aprovechando la partida de una expedición encabezada por Almagro hacia Chile. Así, el poder en el Perú quedaría exclusivamente en manos de los españoles.

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Es un placer que uno de mis alumnos "pillos" Nicolás Guerrero haya creado una weblog sobre la conquista española de México, si quieres ver su trabajo:
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